¿Sabías qué...?

¿Como muere un vino?

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Un vino suele clasificarse por características como su añada, la denominación de origen a la que pertenece, el tipo de elaboración, la uva, etc. Pero también resulta posible identificar si se trata de un vino de guarda.

El vino de guarda, como definición general, reúne unos requisitos para poder madurar lentamente en una botella. Esta situación se relaciona entre otros parámetros, con la concentración de polifenoles, el pH, la acidez total, el alcohol, etc.

Toda zona vitícola que se precie es capaz de elaborar vinos de guarda. Aunque no todos los vinos pueden realizar la guarda y mantener el equilibrio que resulta tan esencial para su categoría.

Habitualmente, un vino se consume al año siguiente de su vendimia. Pero también hay vinos que, con el paso del tiempo, adquieren nuevos aromas y potencian su calidad. De acuerdo con las normativas de los Consejos Reguladores, podríamos generalizar y afirmar que un vino crianza se puede guardar durante cuatro años, a partir de su salida al mercado; un vino reserva, unos ocho años; y hasta quince años, en el caso de un gran reserva.

Para un vino de guarda resulta fundamental lograr una estructura equilibrada, las variedades que lo componen, su graduación alcohólica, el nivel de acidez, la carga tánica, etc. todo incide en su capacidad para envejecer.

En España, la D.O. Ca. Rioja se distingue del resto de zonas vitícolas, de trayectorias más cortas, por ese potencial demostrado para elaborar este tipo de vinos desde hace siglos.

El tinto y blanco de guarda

La capacidad de envejecimiento es una de las grandes virtudes de la uva tempranillo en Rioja permitiendo al consumidor disfrutar de un vino intenso y con un alto contenido en fruta durante sus primeros años de vida. A medida que pasa el tiempo en botella, se torna más complejo y reposado, redondo y voluminoso.

¿Cómo muere un vino?

Con el tiempo, el vino envejece, se oxida y va perdiendo sus aromas frutales mientras desarrolla otros más complejos que aumentan su calidad. Cuando se intenta guardar un vino que no posee las cualidades necesarias, termina perdiendo la acidez, responsable de mantener su estructura y, en consecuencia, se transforma en lo que se conoce como vino muerto. N​​​o podrá mejorar. En cierto modo, podría decirse que se apaga y por eso se le considera muerto.

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