Es la referencia de Vega Sicilia. Un vino en el que se ensamblan a la perfección las cualidades del tempranillo y el cabernet sauvignon en distintas proporciones. Cada una de ellas aporta, en cada añada, un elemento diferenciador que le hace grande.
Las viñas se cultivan en parcelas con suelos localizados en el contacto entre vertientes que descienden del páramo y la llanura aluvial. El suelo más superficial está formado por coluvios finos de ladera con pequeños fragmentos de calizas, en profundidad aparecen abundantes gravas cuarcíticas en una matriz arenosa. En superficie abundan los cantos angulares de calizas.
Vino tinto que realiza su fermentación con temperatura controlada en depósitos de madera con levadura autóctona. La fermentación maloláctica también la realiza en madera.
Tras su fermentación pasa por la que probablemente sea la crianza más larga del mundo en un tinto, casi 10 años entre madera y botella. Pasando por diferentes etapas en diferentes tipos de barrica. Madera francesa y americana, barricas de 225 litros nuevas y usadas, tinos de 20.000 litros, cada uno de los lotes es el que determina el tipo de madera y la permanencia en cada recipiente.
Tras su paso por madera envejece en botella para completar un proceso de crianza complejo y largo. En condiciones normales pasará 6 años en madera y tres en botella.
Los distintos elementos que participan en su elaboración se van modelando y amoldando en busca de la línea maestra que ha guiado al vino. Único permanece fiel a un estilo claro y bien definido, un carácter y estilo inimitables; elegancia, firmeza, capacidad de envejecimiento… Un gusto único y atemporal que le han encumbrado a la aristocracia de los grandes clásicos.
Ofrece una complejidad infinita que se va mostrando poco a poco, en cada sorbo, su paso por boca es inmensamente sedoso y elegante, y tiene una capacidad de envejecimiento sólo al alcance de unos pocos vinos en el mundo.
La familia Álvarez crea Alión. Un vino moderno y actual, de corte muy diferente al clasicismo de Vega Sicilia. Nacido en la misma denominación de origen, a escasos 15 kms de sus hermanos mayores, marcó un punto de inflexión en la forma de elaborar en la Ribera del Duero
Siguiendo el curso del Duero, en la región de Toro, se crea Pintia. El ultimo proyecto de la Familia Alvarez a orillas del Duero que les ha permitido ampliar el horizonte de su proyecto vitivinícola.
Tras doce años de proyecto nace Macán de la mano de Benjamin de Rothschild & Vega Sicilia. La unión de dos grandes nombres del vino universal se establece en la denominación de origen Rioja y promete un futuro lleno de grandes vinos.
Los orígenes de la finca son inciertos aunque parece que data del siglo X, según los investigadores. La zona comenzó a desarrollarse en torno al alfoz y castillo de Peñafiel que, en el siglo XII, era “comunidad de villa y tierra” en torno a la cual se asentaron numerosas aldeas.
En 1143 se fundó el monasterio de Santa María de Valbuena dentro de la comunidad, lo que generó numerosos conflictos con la villa de Peñafiel por la propiedad de la finca durante toda la Edad Media hasta que, en el siglo XV, ambos llegaron a un acuerdo.
El primer nombre conocido de la finca fue Coto de Santa Cecilia, al existir una capilla en honor a dicha santa en esas tierras, que el lenguaje popular llegó a sincoparlo y convertirlo tiempo después en Vega Sicilia.
Tras numerosos avatares y arrendamientos de la finca, Toribio Lecanda la compró en 1848 y allí comenzó a elaborar vinos, brandies y ratafías hasta que la donara en herencia a su hijo Eloy, el auténtico visionario que fundó la bodega en 1864.
La contribución de los Lecanda a la historia de la bodega fue decisiva pero tampoco sería igual sin la enorme influencia de otras personas en su larga trayectoria hasta hoy.
Uno de ellos fue Txomin Garramiola quien en 1905 inicia la elaboración de un modelo de vino identificado por el largo envejecimiento en madera y una crianza que no bajaba de los siete años, una de las características que ha mantenido Vega Sicilia a lo largo de los últimos 100 años. Este singular enólogo, nacido en el País Vasco en 1878, consiguió otros primeros premios de gran prestigio para la bodega concedidos en 1929 durante la Exposición Universal de Barcelona.
El siguiente sería Jesús Anadón, quien –tras pasar 36 años al frente de la bodega- apostó firmemente por la riqueza natural de la finca y la elaboración de vinos únicos, abandonando la empresa de semillas que entonces era propietaria de Vega Sicilia, la empresa Prodes.
La propiedad pasaría en 1966 a la familia checa emigrada a Venezuela Neumann Svaton, que la vendería en 1982 a la familia Álvarez. La Familia Alvarez fue requerida como intermediaria para vender la bodega a dos grupos interesados en Suiza e Inglaterra pero finalmente acabó por comprarla.
La familia Álvarez decidió que la finca abandonara otras explotaciones agrarias y se dedicara exclusivamente a la elaboración de grandes vinos, la verdadera seña de identidad de esta tierra mágica, hasta convertirla en este grupo de excelentes vinos al que se fueron incorporando las bodegas Alión, Oremus, Pintia y Macan.
Álvarez añadió que Vega Sicilia se ha convertido en una familia de vinos única y prestigiada en todo el mundo gracias a esos valores que han caracterizado el trabajo de la familia y sus empleados a lo largo de estos últimos 32 años. La familia Alvarez ha mejorado la calidad de los vinos, hemos creado nuevas bodegas –Alión, Pintia Oremus y Benjamin de Rothschild-Vega Sicilia Macan
Tempos Vega Sicilia la nueva marca corporativa del grupo, elabora un máximo 1,5 millones de botellas al año, siempre en función de las cosechas, distribuidas entre todos sus vinos, que son repartidos a sus más de 4.500 clientes de 110 países de todo el mundo. Esta cifra incluye los Macan (DOCa Rioja), procedentes de la bodega BRVS creada al 50% entre la familia Rothschild y los Álvarez.
La finca de Vega Sicilia está situada en la margen izquierda del Duero, entre Peñafiel y Valladolid, en Castilla y León, y está compuesta por 985 hectáreas de terreno situadas en los términos municipales de Quintanilla de Onésimo y Valbuena del Duero.
Hay quien piensa que el mito de Vega Sicilia surgió por ser un vino aristocrático, escaso, al alcance de algunos afortunados, un objeto de deseo que sólo unos pocos privilegiados podían disfrutar. Sin embargo, lo que muchos no saben, es que el verdadero origen del mito se encuentra en una historia de ilusión, compromiso y paciencia a orillas del Duero, a su paso por el corazón de Castilla, donde el río baña y alimenta una finca única y singular… casi mágica.
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