Limosneros ubicado en el Centro Histórico, te sorprenderá, ofrece los ingredientes y técnicas tradicionales de Mexico con un toque contemporaneo. Un deleite a los sentidos, en donde se colecciona ingredientes de nuestra tierra.
En un lugar con historia y leyenda ubicada en el corazón del Centro Histórico, sobre la calle de Allende, abre sus puertas el Restaurante Limosneros.
Terminada la conquista en 1524 se llamó Calle de Guatemuz, porque en ella vivió el Huey Tlatoani Mexica. Al inicio del virreinato, en 1535 en la esquina sureste en su confluencia con la calle de la Canoa, llamada así porque era un canal de agua (Allende y Donceles), edificó su residencia el factor de la Ciudad de México Don Juan de Cervantes Casasús, cuyo oficio consistía en recaudar las rentas y tributos para la corona española.
En el siglo XVI en esta antigua vía, colindante con la calzada de Tlacopan se establecieron calceteros, jugueteros y sastres cuyo gremio formó la Cofradía de la Santísima Trinidad e impulsó la creación del convento de Santa Clara hacia 1570.
Los más ilustres alarifes de la Cofradía, se dieron la tarea de construir conventos, hospitales, beaterios, casas y palacios. Para las construcciones religiosas no sólo se recaudaba oro o cacao, sino también importantes elementos para levantar los muros, como tezontle, adoquín, cantera, ladrillo y piedra volcánica; logrando así abasto rico para alzar los fuertes muros de sus templos.
Este colaje de piedras, hecho con los donativos o limosnas del pueblo, se manifestaron más tarde en gruesos y longevos muros apodados “Muros Limosneros“ cuyo uso se extendió a las casonas y otras construcciones no religiosas.
Hoy sus muros se respiran cuatro siglos de historia, nos envuelven para vivir una experiencia gastronómica con un estilo propio que se adapta a nuestra época.
Visita: limosneros.com.mx
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