Nebbiolo es una variedad que no se ha expandido a lo largo del viñedo internacional, así como tampoco lo ha hecho a lo largo de Italia, quizá por su exigencia de un clima y suelos adecuados. De las casi 6.000 hectáreas que hay plantadas en todo el mundo, el 80% está en Piemonte y aproximadamente otro 10% está en Valtellina y el Valle de Aosta, lo que demuestra la clara predilección de la variedad por los climas continentales que encontramos en las colinas de las laderas alpinas. Menos del 10% del total de la superficie mundial plantada con esta variedad se encuentra muy fragmentado fuera de Italia, incluyendo principalmente Estados Unidos, México, Argentina, Australia y Uruguay. Incluso en Piemonte donde se encuentra el grueso de la superficie cultivada de Nebbiolo, esta variedad produce menos del 10% de los vinos de la zona y eso contando con que es la única permitida en la elaboración de los prestigiosos vinos de DOCG Barolo y DOCG Barbaresco.
Hay varias teorías que intentan explicar el origen del nombre Nebbiolo, la más extendida es la asociación de la uva con el término nebbia, que significa niebla en italiano, ya que tradicionalmente se vendimiaba en Langhe a finales de octubre, momento en que abundan las nieblas otoñales. Otra teoría apunta que el nombre derivaría del grueso velo, similar a una neblina, que se forma alrededor de la piel de las oscuras bayas maduras. Esta segunda opción parece etimológicamente más razonable ya que los nombres de las variedades tienden a relacionarse con características de la propia planta más que con características climáticas de la zona donde están plantadas. Una última hipótesis menos aceptada es la que defiende que provendría del término nobile, que significa noble en italiano, en honor de los nobles y reyes que se encontraban entre los primeros productores de la zona de Barolo que plantaron esta variedad. Nebbiolo tiene así mismo varias sinonimias, muchas de ellas con cientos de años de antigüedad, entre las que se incluyen Chiavennasca, Spanna, Picotendro y Picoténer.
Nebbiolo es una de las variedades más antiguas de Italia, en lo que a registros escritos se refiere, ya que aparece mencionada por primera vez en 1266 en una relación de vinos redactada por el señor del Castillo de Rivoli. La primera mención en lo que ahora es la zona de Barolo data de 1402 y se encuentra en La Morra. Estos y otros datos atestiguan que la variedad lleva en la zona más de siete siglos y aunque muchos de los expertos consideran que la uva es espiritualmente originaria de allí, no se sabe con certeza de donde procede. Algunos estudiosos consideran que probablemente la introdujeron los griegos en la región pero hay que recordar que la influencia griega en la viticultura de la actual Italia fue mucho menor en el norte que en el sur.
Los vinos hechos de nebbiolo se caracterizan por su acidez y por sus taninos. Muchos ejemplares se realizan para pasar por una crianza y algunos de los vinos de mejor calidad necesitan al menos una década de crianza en barrica antes de ser del gusto de muchos consumidores y pueden seguir mejorando en la botella durante más de 30 años. A medida que el vino de nebbiolo envejece, su bouquet se hace más complejo y aparecen aromas a alquitrán y a rosas. Otros aromas asociados con el nebbiolo son los frutos secos, ciruela damascena, cuero, licor, moras, hierbas frescas o secas y picante. Aunque los vinos de Barolo y Barbaersco tienden a ser más pesados y a necesitar más crianza, los vinos hechos al estilo moderno son aprovechables más jóvenes. Los vinos más ligeros de Carema, Langue y Gattinara tienden a estar listos para ser bebidos tras pocos años de crianza. El nebbiolo de California y Australia varía dependiendo del productor y del viñedo.
La nebbiolo produce vinos tintos de color claro que pueden ser muy tánicos en su juventud, con aromas a alquitrán y a rosas. A medida que el vino envejece, desarrolla matices a piel de naranja en el borde de la copa y madura para revelar otros aromas y sabores, como a violetas, alquitrán, hierbas salvajes, cerezas, grosellas, trufas, tabaco y ciruelas pasas. Los vinos pueden requerir años de envejecimiento para equilibrar el nivel de taninos con otras características.
En la región de Piamonte hay un largo historial de mezcla de la nebbiolo con otras variedades de uva para añadir color y/o suavidad a la intensidad tánica de la uva. Además de usarse variedades de uvas tintas como la barbera, la croatina y la bonarda piamontese, se usan uvas blancas como la arneis y la favorita. La mezcla de la nebbiolo con la arneis es tan común que un sinónimo de la arneis es Barolo bianco. Hoy, las regulaciones de la DOCG para Barolo y Barbaresco exigen que el vino sea 100 % de la variedad nebbiolo. En 1998, los productores de Barbaresco propusieron que se permitiese entre un 10 y un 15 % de otras uvas en su vino, pero los críticos de la prensa italiana evitaron este plan. Aunque hay alguna especulación, por críticos como Oz Clarke, de que la barbera, la syrah o la cabernet sauvignon podrían ser usadas para aumentar el color y el sabor de los vinos de Barolo por algunos productores, no hay pruebas concretas de que esto ocurra. En los vinos basados en nebbiolo de la DOC Roero se permite que haya entre un 2 y un 5 % de arneis, pero la mayoría de los productores no lo hacen. De igual modo, a los productores de Ghemme y Gattininara se les permite añadir a sus vinos basados en nebbiolo pequeñas cantidades de vespolina, croatina y bonarda. En la región lombarda de Valtellina se permite mezclar la nebbiolo con merlot, pinot noir, pignola, prugnolo y rossola nera.
Recibe las ultimas noticias y promociones directo a tu correo electrónico.